Hermann Bellinghausen
Vícam, Son., 13 de octubre. En su tercer día, el Encuentro de Pueblos Indígenas de América demuestra ser más que sólo una reunión de organizaciones y pueblos dispersos sobre el mapa como granos de maíz aventados por el capricho de una mano. La “idea” de América adquiere aquí un sentido distinto, más unitario y fraternal, donde las fronteras pierden su rigidez para pueblos de Centroamérica, el Caribe y los Andes que se reúnen con los de México, Canadá y Estados Unidos. No es redundante decir que en Vícam se han propiciado encuentros conmovedores, como los de zoques de tres estados, nahuas de muchas partes y condiciones, o mixtecos de las tierras originarias de Guerrero, Oaxaca y Puebla con sus hermanos migrantes en el norte, que es tan grande.
Uno de los momentos de mayor significación política e histórica lo protagonizaron esta mañana los triquis oaxaqueños, atrapados por luchas fratricidades de dos décadas, exilios económicos o bien a causa de la violencia. Heridas nuevas y viejas que siguen sin sanar. Y de pronto, los distintos grupos, incluso los que son rivales, coincidieron en el escenario y hablaron ante la concurrencia de manera inesperada.
El MULT y el MULTI, confrontados en su natal San Juan Copala, con una relación envenenada por partidos políticos y ‘vendetas’ sin fondo, llegaron hoy ante los pueblos del Congreso Nacional Indígena, los delegados de Latinoamérica miembros de Vía Campesina y los representantes de las naciones nativas de Estados Unidos y Canadá. Y teniéndolos a todos como testigos de calidad, lograron coincidir en que “es el gobierno el que nos hace pelear”, como expresa Pascual de Jesús, representante del MULT, minutos después de que lo hiciera Jorge Albino, vocero del MULTI y del municipio autónomo San Juan Copala, en Oaxaca. Ambos grupos protagonizan diferencias graves, acusaciones mutuas de secuestros, asesinatos y otras cosas, no siempre con razón.
También están, hombro con hombro, los triquis de la diáspora norteña, representados por Julio Sandoval, del Movimiento Indígena por la Unificación y Lucha Independiente (MIULI), que se asienta en el valle de San Quintín (Baja California), y por Cuauhtémoc Bautista Martínez, del Frente de Unificación de la Lucha Triqui por la Libertad de los Pueblos Indígenas (FULT), que se organizó en Nuevo San Juan Copala, como parte del pueblo sonorense de Miguel Alemán, adonde llegaron también como migrantes hace varios años.
Un momento culminante, aunque fuera de programa, ocurre cuando aceptan tomarse una fotografía todos juntos. Divididos en su propia tierra, los une su común pertenencia al CNI y la otra campaña, y su concurrencia a este encuentro de Vícam. Seguir leyendo




















































































































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