martes, 12 de junio de 2007

“El Punk no es Moda”




Ericka G. de la Cruz


“El punk nace en los barrios pobres de Londres. En México surge en los años 70's como un medio de protesta”, comenta Javier, chavo que forma parte de esta corriente. Él desde pequeño se dedicó a leer e investigar en periódicos y libros lo que ocurría en ese tiempo, su hermano es su primer acercamiento al punk por la música que escuchaba, “no entendía las letras pero cuando me di cuenta de lo que quería decir pensé: esto es lo mío. Al principio se me hacía brusca, atascada; pero con el tiempo me gusto.


“Empecé a conocer grupos y su historia hasta darme cuenta de que este movimiento era para mí, era lo que había buscado. El punk surgió por la necesidad de que existiera algo innovador, que reflejara tu realidad, lo que estabas viviendo; porque las bandas de rock se volvieron elitistas, exclusivas. Entonces la banda tocó para la misma banda. Empezaron las letras nihilistas (sin contenido religioso, político y social): ‘esta sociedad me tiene así y este sistema no me permite ser quien realmente quiero ser'”.


Se retoma la anarquía como una base estructural, con autogestión, acción directa y apoyo mutuo para tener un movimiento unido, con esencia y valores humanos. Adaptando conceptos como la liberación animal y el medio ambiente. El punk evolucionó “hoy no se puede hablar de temas ocurridos en los 70's, se tiene que hablar de lo que está pasando: la globalización, la apatía generalizada que hoy nos invade. No queremos el concepto de la televisión, de los mass media (medios masivos de comunicación), queremos algo sustentable, algo que nos dé calidad de vida, lo que queremos tener en esta tierra”, comenta Javier.


Se utilizaron diferentes medios de expresión e identidad como la música, “en este momento me remito a los grupos y las actividades que han hecho, las letras que han escrito y aun falta mucho por decir. Conforme ha avanzado el tiempo nos hemos dividido en subgéneros con ideales distintos, tratando temas como la represión, la tecnología, los materiales nucleares, las guerras, el en dónde estamos y hacia dónde queremos ir”.


En cuanto a la estética, explica Javier, “las botas eran por solidaridad con los obreros, pero existía la contraparte, usarlas junto con los cinturones para defenderse de los policías. Los pantalones entubados también eran una forma de protesta; portarlos representaba para muchos ser homosexual. Los estoperoles representan una luz ante toda esta oscuridad; es lo que me permite liberarme, es la luz que yo sigo. Para otros es un sarcasmo a la joyería, ‘Tú señora de catego usas perlas, usas plata, usas oro... yo uso mis estoperoles que cuestan un peso'.


“También está la representación de la liberación animal. No necesitamos ser asesinos para vestirnos. Los diferentes accesorios van adquiriendo significado a lo largo del tiempo, antes se usaban mucho los cierres; para mí éstos representan abrir y cerrar una idea”.


Esta corriente también fue presa de lo comercial gracias a los medios de comunicación, la televisión te mostraba al punketo rudo y la gente lo adoptó como moda. “El punk perdió su esencia cuando los grupos se corrompieron y les llegaron al precio, ahí se perdió el ideal, cuando no hubo coherencia con lo que se decía. Para mí no es una moda: las mohicanas y las crestas tienen significado para quién las porta, pero yo nunca me haría una”, agrega Javier.


El movimiento lleva la etiqueta de violencia “pero estamos equivocados, se califica de podrido, en donde ya no hay futuro, en donde ya no hay nada. ‘Si eres fashion te voy a pegar', pero hay que estar concientes de que así no vamos a terminar con el fascismo. Tampoco es sinónimo de drogas o de alcohol, drogado sólo reflejas estar bajo el control del sistema”.


El punk se ha visto amenazado por las contradicciones que existen, esto ha hecho que muchos sigan, no para ser iguales, sino porque el movimiento se está perdiendo. Todas las nuevas modas, el happy punk, el emotional hardcore, los escrimos (tendencia musical de los 80's). Así se fue deformando lo que se quería, el punk no se puede considerar sólo un estilo de música o de estética. Es una forma de vivir.


Para Javier, el punk no es sólo una actitud, es toda una manera de vida. Y asegura que la lucha empieza con uno mismo; para poder llevarlo a los demás; para dar a conocer lo que eres. Crear conciencia para estar libres de prejuicios y las normas morales que forma la sociedad.

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