x COLMENA
"Una vez que la Otra Campaña ha recorrido gran parte el país y se ha conocido un poco más a sí misma, una vez que hemos conocido quiénes somos, cuáles son nuestras luchas, nuestras expectativas y nuestro ánimo de lucha, la Otra Campaña tiene por delante una serie de tareas: una de ellas es la lucha por la liberación de nuestros presos políticos, secuestrados durante un año; otra es avanzar en las definiciones orgánicas derivadas de la consulta nacional de adherentes efectuada en los últimos días del 2006 y los dos primeros meses del 2007; y una última, fundamental, es la construcción del Programa Nacional de Lucha."
Una vez que la Otra Campaña ha recorrido gran parte el país y se ha conocido un poco más a sí misma, una vez que hemos conocido quiénes somos, cuáles son nuestras luchas, nuestras expectativas y nuestro ánimo de lucha, la Otra Campaña tiene por delante una serie de tareas: una de ellas es la lucha por la liberación de nuestros presos políticos, secuestrados durante un año; otra es avanzar en las definiciones orgánicas derivadas de la consulta nacional de adherentes efectuada en los últimos días del 2006 y los dos primeros meses del 2007; y una última, fundamental, es la construcción del Programa Nacional de Lucha."
LA IMPORTANCIA DE UN PROGRAMA
¿Debe entonces La Otra Campaña esperar a que el pueblo tome espontáneamente una conclusión como la nuestra para empezar a avanzar? Nosotros pensamos que no. Lo importante es que nos convirtamos en un factor real, un elemento activo y conciente que motive a estos hermanos de clase a asumirnos como tales y luchar juntos por el país y el mundo que nos pertenece. Para ello, los integrantes de La Otra Campaña deben ser cualitativamente distintos a los políticos burgueses, evitando también repetir vicios que han caracterizado, incluso a algunas experiencias de izquierda. Deben encarnar en su práctica política cotidiana esa nueva forma de hacer política de la que continuamente hablamos, pero entendiendo que esto no se logra por decreto y más bien hay que demostrarlo en la práctica: la congruencia será un factor determinante en esta construcción.
Pero tampoco basta con las buenas intenciones.
Las revoluciones nunca han sido sólo un acto de buena voluntad. Es necesario tener propuestas concretas, entendibles, populares, y sostenidas por principios y por una orientación estratégica. Para esto es necesaria la construcción de un Programa. Dicho de otra manera, un Programa debe ser el puente necesario entre la organización que actúa de manera conciente y orientada, y el pueblo explotado y oprimido. Por eso, el Programa es uno de los elementos donde lo conjunción entre lo de abajo y lo de izquierda debe ser precisa.
Nacional
Como se ha podido observar durante el recorrido realizado en el transcurso del año pasado, existen muchos problemas en muchas partes. Éstos involucran y afectan a varios sectores de la población explotada y oprimida, aunque no a todos los afecta de la misma manera ni todos padecen exactamente los mismos problemas; así pues, un mismo problema adquiere particularidades en cada caso: no existe una experiencia exactamente igual a otra. Los testimonios, experiencias, demandas, inconformidades y disposición de lucha manifestada son, por decirlo de alguna manera, parte de la materia prima con que se habrá de elaborar el programa. Pero no pueden constituir el programa en sí mismo. Si así lo vio y por lo tanto éste nos seguirá por nuestra sagacidad e inteligencia. Si nosotros nos concentráramos únicamente en hablar, lo más seguro es que topemos constantemente con pared: muchas veces no seremos escuchados por el pueblo y estaremos permanentemente en la desesperación derivada de la experiencia de ser ignorados por aquellos a quienes nos interesa acercarnos. Muchos, incluso, culparán al pueblo por no entendernos, evitando reflexionar sobre nuestros propios errores y evitando ver que quizá la incomprensión venga de nosotros.
Un programa que no es comprendido por el pueblo en un momento en que se busca que éste luche por conquistarlo, es un programa mal hecho sin duda alguna. Para lograr ser escuchados es imprescindible escuchar. Mao Tse Tung sugería el siguiente método:
..recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y sintetizarlas (transformarlas, mediante el estudio, en ideas sintetizadas y sistematizadas) para luego llevarlas a las masas, difundirlas y explicarlas, de modo que las masas las hagan suyas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción, y comprobar en la acción de las masas la justeza de esas ideas. Luego, hay que volver a recoger y sintetizar las ideas de las masas y a llevarlas a las masas para que perseveren en ellas, y así indefinidamente, de modo que las ideas se tornan cada vez más justas, mas vivas y más ricas de contenido..."
Como se puede apreciar en esta cita, un programa se logra con un proceso en donde se combina la escucha y el habla, la teoría y la práctica. Un programa no es algo que se logre de un día para otro, o mejor dicho, un programa con posibilidades de ser defendido por el pueblo no se logrará de un día para otro. Lo de menos sería reunir a un grupo de ilustrados., ya fueren o no de La Otra Campaña y pedirles que redacten un programa, pero esta sería el error más grave y la peor salida. Debemos aspirar a un programa que tenga su origen en las necesidades y expectativas del pueblo, alcanzando al mismo tiempo la profundidad suficiente para que, al llevarse a cabo,se golpee al capitalismo en sus estructuras fundamentales. Esta conjunción se hace posible a través de la interacción permanente del pueblo en general y un grupo organizado y con una clara definición política.
Si no se escucha, se cae en el fatal caso de elaborar un programa que no viene del pueblo explotado y oprimido, y difícilmente seremos congruentes, difícilmente nuestro método se diferenciará de aquél de los políticos burgueses, o bien estaría marcado por la soberbia y difícilmente seremos escuchados nosotros. Pero también, si no se habla, no podemos ir acercando la definición política anticapitalista de la Otra Campaña con su elemento de clase, los de abajo, los explotados, donde tiene su raíz nuestro proyecto histórico de una nueva sociedad.
Es necesario combinar la teoría y la práctica. La teoría es importante para que todos los integrantes de la Otra Campaña tengamos claro qué es el capitalismo y cuáles son sus límites, para poder explicar y conducir nuestra posición política y para aprovechar la teoría construida desde muchas experiencias de lucha desarrolladas a lo largo de la historia. La práctica es relevante porque sin ella la teoría es sólo letra muerta: no se puede transformar la realidad sólo con ese pueblo explotado y oprimido.
Es muy importante estar en sintonía con el mismo.
Por eso el programa debe enarbolar aspiraciones que reflejen los principales elementos concretos padecidos por el pueblo. Además éste debe estar dispuesto a luchar por conquistar el programa.
Cabe mencionar también que la Sexta no propone que el Programa defina toda la transformación que estaría por venir. Adicionalmente se está convocando a la elaboración de una Nueva Constitución. Algo adelantado en la Sexta Declaración es que la aplicación del programa deberá preceder al Constituyente.
De hecho, la realización de éste sería parte de dicha aplicación. Por eso, nos parece importante
destacar que, a diferencia de otros procesos constituyentes, esta Nueva Constitución se elaboraría sobre las ruinas del capitalismo y no dentro de él para reformarlo. No está convocado a conciliar puntos de acuerdo con las fuerzas que actualmente detentan el poder en nuestro país. El Constituyente sería pues, el resultado posterior de la correcta elaboración del Programa, de su defensa y su aplicación.
¿Cómo hacer el PNL?
Comenzaremos diciendo que en política nada es gratuito: todo importa y en todo ha de tenerse precaución. Esto vale para el quehacer político de todo tipo, pero sobre todo para la otra forma de hacer política. Muchas personas se fijarán más en la forma en como trabajamos, en cómo nos dirigimos a ellos, en el respeto con que los escuchemos, etc. Incluso más que en nuestras propuestas, a veces la atención del pueblo estará concentrada en nuestra forma de dirigirnos a él. Por eso debemos estar atentos y acertar en las formas: si erramos en el método, probablemente las mejores propuestas no encontrarán oídos receptivos.
Además, no es posible establecer un puente con el pueblo si los aburrimos con un mamotreto de demandas donde no necesariamente se sientan reflejados. Por ejemplo, si una comunidad campesina de Ario de Rosales en Michoacán plantea un problema de despojo a sus mantos acuíferos, no tendría porque aparecer esto tal cual dentro del programa. ¿Esto significa que no se vería incluida su preocupación dentro del programa? De ninguna manera.
El asunto aquí es que la formulación del programa debe ser de alcance nacional, es decir, habrá de hacerse una síntesis de las problemáticas y proyectarlas de tal forma que el entendimiento de las mismas tenga validez en todo el país. Por ejemplo, muchas de las demandas actualmente están formuladas en forma negativa: No a la instalación de tal empresa, no a la construcción de una presa, no al despojo de tal comunidad, no al alza de tarifas eléctricas, no a las reformas estructurales, etc. Este tipo de formulaciones reflejan más allá de las mismas, algunas concepciones sociales con determinada proyecci ón política, pero no son suficientes para mostrar al pueblo el tipo de país en el cuál estaríamos pensando como futuro; o bien, no reflejan por sí mismas una propuesta de La Otra Campaña al pueblo. En el mejor de los casos, reflejan una posición solidaria con ciertas reivindicaciones.Por ejemplo, en el caso de las tarifas eléctricas, no basta con proponer que no queremos más alzas en las tarifas. Habría de formularse algo como esto: La industria eléctrica debe estar al servicio del pueblo y bajo control de la nación, la producción de la energía estará orientada a satisfacer las necesidades de uso y consumo de la población, por tanto las tarifas de consumo deberán ser accesibles para todos..Esta oración afirmativa ¯ya no negativa¯, rescata la demanda de miles de mexicanos en torno a un problema de tarifas y, además, propone otra forma de entender la producción, distribución y consumo de la energía.
En ella está contenida la demanda original pero bajo otra forma: se está sintetizando aquí esta inconformidad y se devuelve como propuesta, ahora no sólo para los compañeros del sureste inconformes por el problema de tarifas, sino también para los comuneros y ejidatarios de La Parota, para las clases trabajadoras de las grandes ciudades, y para todos aquellos que han dicho no a la reforma neoliberal en materia de privatización de la industria eléctrica. Para el caso ya citado de Ario de Rosales, no se incluiría esta problemática particular, pero el programa si deberá reflejarla en alguna propuesta referente al uso y disfrute de los recursos naturales, así como su conservación En la Sexta Declaración, es posible visualizar la necesidad que para los ompañeros del EZLN tiene una lucha con proyección nacional:
.Según nuestro pensamiento y lo que vemos en nuestro corazón, hemos llegado a un punto en que no podemos ir más allá y, además, es posible que perdamos todo lo que tenemos, si nos quedamos como estamos y no hacemos nada por avanzar.Un nuevo paso adelante en la lucha indígena sólo es posible si el indígena se junta con obreros, campesinos, estudiantes, maestros, empleados.o sea los trabajadores de la ciudad y del campo.
Esta afirmación, realizada a partir de su propia experiencia de lucha, nos muestra un elemento de la realidad que es común al EZLN y a otras muchas experiencias de lucha en todo el país. Un problema que parece local o sectorial tiene su origen y su fuerte en el proyecto actual del capitalismo para todo el país. No es posible encontrar en una localidad, un municipio, un centro de trabajo o una escuela, la fuerza capaz de imponerse a todo este orden de cosas. Por ello, la oposición regional, local o sectorial resulta a menudo insuficiente incluso para obtener victorias locales. Por lo tanto, se llega a la conclusión de que para obtener la satisfacción de una demanda local es necesario lograr transformaciones a nivel nacional y que ninguna resistencia local, regional o sectorial tiene por sí misma la fuerza suficiente para oponerse efectivamente a la fuerza nacional de la clase capitalista.
Esta característica es de mucho peso. Exige una calidad y precisión muy importantes. Nosotros, quienes suscribimos la Sexta, tenemos desde ahora claro que no es posible aspirar a un mundo o a un país donde podamos satisfacer plenamente nuestras aspiraciones de justicia si nos quedamos dentro de los márgenes del capitalismo. Vemos claramente la mano del capital detrás de los megaproyectos, de la represión, del hambre, del despojo, de la explotación, de los encarcelamientos políticos, etc. También sabemos que es el conjunto de la clase capitalista la que pretende constantemente arrebatarnos lo poco que tenemos: nuestra tierra, nuestro trabajo, nuestra escuela, nuestra libertad. Por ello hemos decidido dirigir nuestras baterías de lucha en contra del capitalismo en su totalidad. Pero decirle al pueblo que somos anticapitalistas no es suficiente para que todos entiendan de qué lado estamos. El capital o el capitalismo no es una cosa que pueda verse con ninguno de nuestros cinco sentidos en particular: uno no descubre el capitalismo con el puro sentido común, lo que vemos cotidianamente son actos, fenómenos, sucesos, personas, cosas, pero el capital no se ve por la calle robando o golpeando; uno ve al policía, con su nombre y apellido, uno ve al presidente, a los diputados, alguno que otro empresario a uno que otro personaje de la Iglesia.
De cualquier forma el programa debe ser anticapitalista, pero al mismo tiempo comprensible para todo el pueblo por lo que no podemos sentirnos satisfechos con un programa que simplemente diga .Vamos a destruir al capitalismo, causante de todos tus males.luego serás feliz..
.. Si bien hablar del capital es producto de una abstracción, y es real, debemos ser cuidadosos de no hablar de este como si se tratara del Coco, La llorona o el chupacabras, una amenaza a la que muchos le temen pero que nadie ha visto nunca. No. Para poder explicar un fenómeno tan complejo y propiciar que el proyecto anticapitalista se generalice debemos valernos de elementos concretos y visibles de la realidad, teniendo cuidado para que esos elementos concretos no desdibujen el fondo del problema y parezcan, nuevamente, elementos aislados.
Muchas de las demandas más sencillas del pueblo son anticapitalistas en la medida en que están en franca contraposición con el modelo capitalista vigente, el neoliberal, y aunque no todos lo sepan, eso que se demanda o se busca, es opuesto a lo que el capitalismo está haciendo y necesita hacer para sobrevivir. Pero por otro lado, no siempre llegan a ser formulaciones anticapitalistas en la medida en que muchas de estas demandas pueden ser resueltas dentro de los marcos del capitalismo. Por ejemplo, retomando el caso de .La Parota., el capitalismo existe desde mucho antes del proyecto de la CFE y seguramente podría sobrevivir sin él: no porque no se construya la presa va a desaparecer el capitalismo. En términos generales, podemos ser antineoliberales sin ser anticapitalistas.
Pudiéramos estar clamando por otro tipo de capitalismo menos agresivo, pudiéramos clamar el regreso del asistencialismo o demandar un capitalismo más nacionalista: hasta podríamos ser fascistas y no seríamos necesariamente neoliberales, etc.
Es importante reconocer que muchas demandas, viéndolas así como algo simple, pudieran resolverse en cierta medida por el gobierno y por el capital sin trastocar sus estructuras fundamentales.
Por ello es riesgoso que el programa no esté formulado con una orientación anticapitalista clara y rotunda. Debemos cerrar las posibilidades de un escenario donde el Estado mexicano a punto de ser derrocado, utilice como recurso el resolver demandas particulares para argumentar que nuestra lucha ya no tiene razón de ser, coptar y poner en contra nuestra a nuestros hermanos de clase y mostrarnos públicamente como intransigentes e incongruentes. Por supuesto que esto no se resolverá únicamente con la formulación anticapitalista. Será necesario, además, llevar esta comprensión al pueblo de la manera más profunda posible.
No obstante, la formulación claramente anticapitalista es fundamental por principio ético y por necesidad política. Lo primero porque si nosotros estamos conscientes de que el capitalismo está detrás de toda una serie de cosas, no podemos hacernos los que no sabemos, permitiéndole a los políticos burgueses engañar al pueblo impunemente diciéndole que sus problemas se pueden resolver efectiva y duraderamente dentro del mismo régimen. Lo segundo porque la situación ha llegado al límite en un sinnúmero de rincones de nuestro país y por necesidad política no podemos permitirnos darle al capitalismo la oportunidad de recomponerse: muchos pueblos indios se están jugando ahora mismo su subsistencia, muchas obreras de la maquila se están jugando ahora mismo la vida, muchos luchadores sociales están en claro riesgo de ser asesinados o encarcelados, miles de mexicanos se están jugando la vida ahora mismo cruzando la frontera hacia Estados Unidos.
El PNL debe ser claro en cuanto a que no aspiramos
a reformar el régimen actual sino a destruirlo.
Esto sin duda se puede lograr. Es aquí mismo en donde el anticapitalismo de La Otra Campaña debe ser muy hábil.
Por eso no puede basarse en formulaciones en negativo. Tal como lo dice la Sexta Declaración en la cita ya referida el programa debe reflejar, en lo general, una concepción de democracia, libertad y justicia. En cada formulación, en cada aspecto particular, se leerá también, una concepción política de lo que es para nosotros la democracia, la libertad y la justicia. Sería eso lo que estaríamos proponiendo en primera instancia al pueblo. No sólo luchas en particular, no sólo reflejar sus demandas, sino otra forma de hacer política y otra forma, distinta a la burguesa, de comprender la democracia, la libertad y la justicia.
Reflejar la disposición de lucha del pueblo. Un programa no sólo es acertado cuando logra captar los principales problemas de un pueblo ni sólo cuando parte de un adecuado diagnóstico de la realidad contra la cual se enfrenta. Además es necesario captar la disposición de lucha de Algunas formulaciones de demandas pueden provocar una gran adhesión, un buen marketing político. Nosotros debemos defender aquellas con carácter anticapitalista y combatir las que apuntalen este modo de producción una apreciación teórica por muy correcta que sea. La teoría sólo demuestra su justeza y pertinencia en la medida en que es practicable, y para saber cuáles son los elementos teóricos que más nos sirven y cómo utilizarlos, se debe hacer una práctica política constante, entre nosotros y con el pueblo.
El trabajo que se viene De entrada es importante que todos en La Otra Campaña estemos pensando en que tendremos que concentrarnos en la elaboración del Programa Nacional de Lucha y que esto será un proceso. Por el momento no es posible afirmar con certeza cuánto tiempo llevará ni cuál será exactamente su contenido, pero sí es importante que asumamos esta tarea con una gran responsabilidad histórica.
Por esto, la siguiente etapa de La Otra Campaña deberá estar caracterizada por la práctica política constante, con principios y con perspectiva política. Es fundamental que se abran y se multipliquen los espacios de discusión de problemas teóricos y políticos concernientes a este proceso. Igualmente, se deberá hacer una gran labor de escucha y se tendrán que estar evaluando constantemente nuestros aciertos y errores.
La movilización de masas tal vez no será lo más característico de esta etapa: aunque en muchos momentos, por diversas circunstancias tendremos que movilizarnos, debemos concentrarnos en el trabajo de base, picar piedra abajo, organizar en la medida de las posibilidades y disposición, tomando en cuenta las particularidades que surjan en cada caso. Hace falta conocernos más entre nosotros y aprender a respetarnos, aprender de la multiplicidad de experiencias de lucha de nuestros compañeros, estar dispuestos a criticar y ser criticados, a leer, a discutir, y, más que nada, estar dispuestos a corregir nuestros errores porque siempre habrá cosas que se puedan mejorar, siempre habrá interpretaciones que podrán ser más precisas, siempre podremos hacer más eficiente nuestra actividad política. Y siempre será una tarea capaz de ser mejorada el acercar el anticapitalismo a los de abajo y permitir que los de abajo llenen de contenido el anticapitalismo de La Otra.
Compañeros:
Sería contradictorio que concluyamos diciendo que así y sólo así se podrá construir el PNL. Sólo esperamos haber contribuido a la discusión necesaria para iniciar la tarea. Sabemos que será una tarea ardua y dura, pero habrá de valer la pena.
Esperamos escuchar y leer más materiales al respecto. Estamos seguros de que si hay disposición, aprenderemos juntos y culminaremos con éxito este proceso, de tal suerte que el Programa que elaboremos sea el mejor que haya sido presentado a nues-
tro pueblo y sea una herramienta útil para luchar en una sola dirección como explotados y oprimidos , alumbrando de esa manera el camino hacia un nuevo amanecer.
Fraternalmente,
Comité de Lucha por el Movimiento de Emancipación Nacional
"Una vez que la Otra Campaña ha recorrido gran parte el país y se ha conocido un poco más a sí misma, una vez que hemos conocido quiénes somos, cuáles son nuestras luchas, nuestras expectativas y nuestro ánimo de lucha, la Otra Campaña tiene por delante una serie de tareas: una de ellas es la lucha por la liberación de nuestros presos políticos, secuestrados durante un año; otra es avanzar en las definiciones orgánicas derivadas de la consulta nacional de adherentes efectuada en los últimos días del 2006 y los dos primeros meses del 2007; y una última, fundamental, es la construcción del Programa Nacional de Lucha."
Una vez que la Otra Campaña ha recorrido gran parte el país y se ha conocido un poco más a sí misma, una vez que hemos conocido quiénes somos, cuáles son nuestras luchas, nuestras expectativas y nuestro ánimo de lucha, la Otra Campaña tiene por delante una serie de tareas: una de ellas es la lucha por la liberación de nuestros presos políticos, secuestrados durante un año; otra es avanzar en las definiciones orgánicas derivadas de la consulta nacional de adherentes efectuada en los últimos días del 2006 y los dos primeros meses del 2007; y una última, fundamental, es la construcción del Programa Nacional de Lucha."
LA IMPORTANCIA DE UN PROGRAMA
La Sexta Declaración nos ha convocado a emprender una ardua lucha por la destrucción del capitalismo, a juntar todas aquellas luchas que se han venido desarrollando entre los de abajo con una perspectiva de izquierda. Sin embargo, es importante resaltar que a La Otra Campaña no está convocada la totalidad de la población mexicana, cuando menos no de manera inicial. Somos aquellos que ya estamos desde ahora dispuestos a luchar con esta orientación anticapitalista y de izquierda quienes tendremos que atrevernos a dar los primeros pasos en la titánica tarea de ponerle fin al capitalismo, tomando la iniciativa y proponer escuchando. Teniendo en cuenta esta primera consideración cabe preguntarse: ¿Para qué necesitamos un Programa Nacional de Lucha?
El pueblo mexicano, explotado, oprimido, despojado, humillado, carga sobre sus espaldas una cantidad muy grande de sufrimiento.
La inconformidad se encuentra a flor de piel en gran parte de nuestro pueblo, sin embargo el cauce que puede tomar dicha inconformidad no siempre es el que a nosotros nos gustaría ver: a veces la rabia contenida estalla en contra de nuestros hermanos de clase, a veces los anhelos de transformación son canalizados por los partidos electoralistas, otras veces esa inconformidad pareciera muda, suele ser desorganizada y sin proyección.
Por eso debemos ver que un buen Programa no se gesta espontáneamente basándose exclusivamente en la inconformidad popular. Es necesario formular claramente y sintetizar las aspiraciones de los trabajadores del campo y la ciudad, y hacerlo con una orientación, tomando en cuenta hacia dónde queremos llegar.
El pueblo mexicano, explotado, oprimido, despojado, humillado, carga sobre sus espaldas una cantidad muy grande de sufrimiento.
La inconformidad se encuentra a flor de piel en gran parte de nuestro pueblo, sin embargo el cauce que puede tomar dicha inconformidad no siempre es el que a nosotros nos gustaría ver: a veces la rabia contenida estalla en contra de nuestros hermanos de clase, a veces los anhelos de transformación son canalizados por los partidos electoralistas, otras veces esa inconformidad pareciera muda, suele ser desorganizada y sin proyección.
Por eso debemos ver que un buen Programa no se gesta espontáneamente basándose exclusivamente en la inconformidad popular. Es necesario formular claramente y sintetizar las aspiraciones de los trabajadores del campo y la ciudad, y hacerlo con una orientación, tomando en cuenta hacia dónde queremos llegar.
La Sexta nos propone como primer punto estratégico y orientador la destrucción del capitalismo. Esto porque los compañeros del EZLN, así como de quienes suscribimos tal convocatoria, estamos convencidos de que no será dentro de los márgenes impuestos por el capital donde realizaremos nuestros sueños ni dónde resolveremos nuestras demandas y necesidades más elementales. Como soporte de esta firme conclusión existen varios elementos, experiencias de lucha, triunfos, fracasos, generaciones enteras de movimientos y organizaciones que han intentado de todo.
Existe también, en muchos casos, una formación política que nos ha permitido aproximarnos a conclusiones de éste tipo. Hoy vemos que un conjunto muy amplio de organizaciones políticas, organizaciones sociales, pueblos indios, comunidades campesinas, grupos de trabajadores, colectivos de todo tipo e individuos, tienen las condiciones para compartir esta ruta de largo plazo: destruir al capitalismo.
Por ello han suscrito la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Sin embargo estas condiciones no se han generado en una buena parte del pueblo que permanece apática ante la necesidad de organizarse y luchar; tampoco ante aquellos que siguen albergando esperanzas en los políticos burgueses. ¿Esto significa que el pueblo es reaccionario? No necesariamente. El pueblo explotado y oprimido comparte con nosotros muchas preocupaciones, pero no las entiende de la misma manera. Por ejemplo, no necesariamente son incondicionales de los partidos a pesar de votar por ellos; tampoco porque no estén en La Otra Campaña son nuestros enemigos. Simplemente, por ahora, con su apatía o su complacencia hacia los opresores juegan como un factor a favor del poder del capital, la mayoría de las veces sin saberlo.Existe también, en muchos casos, una formación política que nos ha permitido aproximarnos a conclusiones de éste tipo. Hoy vemos que un conjunto muy amplio de organizaciones políticas, organizaciones sociales, pueblos indios, comunidades campesinas, grupos de trabajadores, colectivos de todo tipo e individuos, tienen las condiciones para compartir esta ruta de largo plazo: destruir al capitalismo.
¿Debe entonces La Otra Campaña esperar a que el pueblo tome espontáneamente una conclusión como la nuestra para empezar a avanzar? Nosotros pensamos que no. Lo importante es que nos convirtamos en un factor real, un elemento activo y conciente que motive a estos hermanos de clase a asumirnos como tales y luchar juntos por el país y el mundo que nos pertenece. Para ello, los integrantes de La Otra Campaña deben ser cualitativamente distintos a los políticos burgueses, evitando también repetir vicios que han caracterizado, incluso a algunas experiencias de izquierda. Deben encarnar en su práctica política cotidiana esa nueva forma de hacer política de la que continuamente hablamos, pero entendiendo que esto no se logra por decreto y más bien hay que demostrarlo en la práctica: la congruencia será un factor determinante en esta construcción.
Pero tampoco basta con las buenas intenciones.
Las revoluciones nunca han sido sólo un acto de buena voluntad. Es necesario tener propuestas concretas, entendibles, populares, y sostenidas por principios y por una orientación estratégica. Para esto es necesaria la construcción de un Programa. Dicho de otra manera, un Programa debe ser el puente necesario entre la organización que actúa de manera conciente y orientada, y el pueblo explotado y oprimido. Por eso, el Programa es uno de los elementos donde lo conjunción entre lo de abajo y lo de izquierda debe ser precisa.
No basta con identificarnos con el resto del pueblo en sus sentimientos y en su dolor. Es necesario proponer y demostrar nuestra disposici ón de avanzar decididamente satisfaciendo las metas y demandas de todos quienes padecemos la explotación y la opresión capitalista. Lo acertado o erróneo de nuestras propuestas será definitivo para marcar el nivel de acercamiento o alejamiento entre La Otra Campaña y el pueblo, entre el abajo y la izquierda. Para eso la correcta elaboración del Programa será clave en el triunfo de nuestra iniciativa revolucionaria.
Es decir que se buscan varias características importantes para el programa, las cuales iremos
comentando por partes: ¿Qué características debe tener el Programa Nacional de Lucha PNL de La Otra Campaña?
La Sexta delinea inicialmente así las características del programa: ..vamos a ir construyendo junto con esa gente que es como nosotros, humilde y sencilla, un programa nacional de lucha, pero un programa que sea claramente anticapitalista o sea antineoliberal, o sea por la justicia, la democracia y la libertad para el pueblo.
La Sexta delinea inicialmente así las características del programa: ..vamos a ir construyendo junto con esa gente que es como nosotros, humilde y sencilla, un programa nacional de lucha, pero un programa que sea claramente anticapitalista o sea antineoliberal, o sea por la justicia, la democracia y la libertad para el pueblo.
Es decir que se buscan varias características importantes para el programa, las cuales iremos
Nacional
Como se ha podido observar durante el recorrido realizado en el transcurso del año pasado, existen muchos problemas en muchas partes. Éstos involucran y afectan a varios sectores de la población explotada y oprimida, aunque no a todos los afecta de la misma manera ni todos padecen exactamente los mismos problemas; así pues, un mismo problema adquiere particularidades en cada caso: no existe una experiencia exactamente igual a otra. Los testimonios, experiencias, demandas, inconformidades y disposición de lucha manifestada son, por decirlo de alguna manera, parte de la materia prima con que se habrá de elaborar el programa. Pero no pueden constituir el programa en sí mismo. Si así lo vio y por lo tanto éste nos seguirá por nuestra sagacidad e inteligencia. Si nosotros nos concentráramos únicamente en hablar, lo más seguro es que topemos constantemente con pared: muchas veces no seremos escuchados por el pueblo y estaremos permanentemente en la desesperación derivada de la experiencia de ser ignorados por aquellos a quienes nos interesa acercarnos. Muchos, incluso, culparán al pueblo por no entendernos, evitando reflexionar sobre nuestros propios errores y evitando ver que quizá la incomprensión venga de nosotros.
Un programa que no es comprendido por el pueblo en un momento en que se busca que éste luche por conquistarlo, es un programa mal hecho sin duda alguna. Para lograr ser escuchados es imprescindible escuchar. Mao Tse Tung sugería el siguiente método:
..recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y sintetizarlas (transformarlas, mediante el estudio, en ideas sintetizadas y sistematizadas) para luego llevarlas a las masas, difundirlas y explicarlas, de modo que las masas las hagan suyas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción, y comprobar en la acción de las masas la justeza de esas ideas. Luego, hay que volver a recoger y sintetizar las ideas de las masas y a llevarlas a las masas para que perseveren en ellas, y así indefinidamente, de modo que las ideas se tornan cada vez más justas, mas vivas y más ricas de contenido..."
Como se puede apreciar en esta cita, un programa se logra con un proceso en donde se combina la escucha y el habla, la teoría y la práctica. Un programa no es algo que se logre de un día para otro, o mejor dicho, un programa con posibilidades de ser defendido por el pueblo no se logrará de un día para otro. Lo de menos sería reunir a un grupo de ilustrados., ya fueren o no de La Otra Campaña y pedirles que redacten un programa, pero esta sería el error más grave y la peor salida. Debemos aspirar a un programa que tenga su origen en las necesidades y expectativas del pueblo, alcanzando al mismo tiempo la profundidad suficiente para que, al llevarse a cabo,se golpee al capitalismo en sus estructuras fundamentales. Esta conjunción se hace posible a través de la interacción permanente del pueblo en general y un grupo organizado y con una clara definición política.
Si no se escucha, se cae en el fatal caso de elaborar un programa que no viene del pueblo explotado y oprimido, y difícilmente seremos congruentes, difícilmente nuestro método se diferenciará de aquél de los políticos burgueses, o bien estaría marcado por la soberbia y difícilmente seremos escuchados nosotros. Pero también, si no se habla, no podemos ir acercando la definición política anticapitalista de la Otra Campaña con su elemento de clase, los de abajo, los explotados, donde tiene su raíz nuestro proyecto histórico de una nueva sociedad.
Es necesario combinar la teoría y la práctica. La teoría es importante para que todos los integrantes de la Otra Campaña tengamos claro qué es el capitalismo y cuáles son sus límites, para poder explicar y conducir nuestra posición política y para aprovechar la teoría construida desde muchas experiencias de lucha desarrolladas a lo largo de la historia. La práctica es relevante porque sin ella la teoría es sólo letra muerta: no se puede transformar la realidad sólo con ese pueblo explotado y oprimido.
Es muy importante estar en sintonía con el mismo.
Por eso el programa debe enarbolar aspiraciones que reflejen los principales elementos concretos padecidos por el pueblo. Además éste debe estar dispuesto a luchar por conquistar el programa.
Es decir, además de contener las demandas más sentidas del pueblo, el PNL debe contener aquellas cosas por las que el mismo quiera alzarse, algo por lo que considere necesario y pertinente involucrarse en la lucha. Esto puede variar según las circunstancias que se vayan presentando, pero siempre deben ser reivindicaciones concretas que se consideren justas y dignas de ser defendidas a toda costa en la lucha.
El programa, entonces, deberá contener sintetizadas las principales problemáticas de carácter nacional, estar formulado de una manera comprensible para el pueblo explotado y oprimido, contener de manera particular aquellas cosas por las que ese pueblo esté dispuesto a levantarse y luchar a pesar de los riesgos y las adversidades. Además, el PNL deberá tener la cualidad de identificar aquellos pilares del modelo capitalista vigente, de tal manera que al llevarlo a cabo se hiera de muerte al capitalismo. Lograr un programa con éstas características requiere de un gran esfuerzo y de un trabajo arduo de la Otra Campaña.Cabe mencionar también que la Sexta no propone que el Programa defina toda la transformación que estaría por venir. Adicionalmente se está convocando a la elaboración de una Nueva Constitución. Algo adelantado en la Sexta Declaración es que la aplicación del programa deberá preceder al Constituyente.
De hecho, la realización de éste sería parte de dicha aplicación. Por eso, nos parece importante
destacar que, a diferencia de otros procesos constituyentes, esta Nueva Constitución se elaboraría sobre las ruinas del capitalismo y no dentro de él para reformarlo. No está convocado a conciliar puntos de acuerdo con las fuerzas que actualmente detentan el poder en nuestro país. El Constituyente sería pues, el resultado posterior de la correcta elaboración del Programa, de su defensa y su aplicación.
¿Cómo hacer el PNL?
Comenzaremos diciendo que en política nada es gratuito: todo importa y en todo ha de tenerse precaución. Esto vale para el quehacer político de todo tipo, pero sobre todo para la otra forma de hacer política. Muchas personas se fijarán más en la forma en como trabajamos, en cómo nos dirigimos a ellos, en el respeto con que los escuchemos, etc. Incluso más que en nuestras propuestas, a veces la atención del pueblo estará concentrada en nuestra forma de dirigirnos a él. Por eso debemos estar atentos y acertar en las formas: si erramos en el método, probablemente las mejores propuestas no encontrarán oídos receptivos.
La Sexta propone al respecto tener un principio fundamental: escuchar. Nosotros, en La Otra Campaña debemos evitar partir del supuesto de que ya lo sabemos todo, de que conocemos de pies a cabeza las demandas del puehiciéramos, tendríamos únicamente un pliego enorme de demandas. El asunto es que la Otra Campaña no va a formular un programa para demandar su cumplimiento ante el Estado que tiene el poder ahora, sino para aplicarlo nosotros en el momento en que hayamos desplazado a la clase en el poder y la burocracia que lo respalda.
Además, no es posible establecer un puente con el pueblo si los aburrimos con un mamotreto de demandas donde no necesariamente se sientan reflejados. Por ejemplo, si una comunidad campesina de Ario de Rosales en Michoacán plantea un problema de despojo a sus mantos acuíferos, no tendría porque aparecer esto tal cual dentro del programa. ¿Esto significa que no se vería incluida su preocupación dentro del programa? De ninguna manera.
El asunto aquí es que la formulación del programa debe ser de alcance nacional, es decir, habrá de hacerse una síntesis de las problemáticas y proyectarlas de tal forma que el entendimiento de las mismas tenga validez en todo el país. Por ejemplo, muchas de las demandas actualmente están formuladas en forma negativa: No a la instalación de tal empresa, no a la construcción de una presa, no al despojo de tal comunidad, no al alza de tarifas eléctricas, no a las reformas estructurales, etc. Este tipo de formulaciones reflejan más allá de las mismas, algunas concepciones sociales con determinada proyecci ón política, pero no son suficientes para mostrar al pueblo el tipo de país en el cuál estaríamos pensando como futuro; o bien, no reflejan por sí mismas una propuesta de La Otra Campaña al pueblo. En el mejor de los casos, reflejan una posición solidaria con ciertas reivindicaciones.Por ejemplo, en el caso de las tarifas eléctricas, no basta con proponer que no queremos más alzas en las tarifas. Habría de formularse algo como esto: La industria eléctrica debe estar al servicio del pueblo y bajo control de la nación, la producción de la energía estará orientada a satisfacer las necesidades de uso y consumo de la población, por tanto las tarifas de consumo deberán ser accesibles para todos..Esta oración afirmativa ¯ya no negativa¯, rescata la demanda de miles de mexicanos en torno a un problema de tarifas y, además, propone otra forma de entender la producción, distribución y consumo de la energía.
En ella está contenida la demanda original pero bajo otra forma: se está sintetizando aquí esta inconformidad y se devuelve como propuesta, ahora no sólo para los compañeros del sureste inconformes por el problema de tarifas, sino también para los comuneros y ejidatarios de La Parota, para las clases trabajadoras de las grandes ciudades, y para todos aquellos que han dicho no a la reforma neoliberal en materia de privatización de la industria eléctrica. Para el caso ya citado de Ario de Rosales, no se incluiría esta problemática particular, pero el programa si deberá reflejarla en alguna propuesta referente al uso y disfrute de los recursos naturales, así como su conservación En la Sexta Declaración, es posible visualizar la necesidad que para los ompañeros del EZLN tiene una lucha con proyección nacional:
.Según nuestro pensamiento y lo que vemos en nuestro corazón, hemos llegado a un punto en que no podemos ir más allá y, además, es posible que perdamos todo lo que tenemos, si nos quedamos como estamos y no hacemos nada por avanzar.Un nuevo paso adelante en la lucha indígena sólo es posible si el indígena se junta con obreros, campesinos, estudiantes, maestros, empleados.o sea los trabajadores de la ciudad y del campo.
Esta afirmación, realizada a partir de su propia experiencia de lucha, nos muestra un elemento de la realidad que es común al EZLN y a otras muchas experiencias de lucha en todo el país. Un problema que parece local o sectorial tiene su origen y su fuerte en el proyecto actual del capitalismo para todo el país. No es posible encontrar en una localidad, un municipio, un centro de trabajo o una escuela, la fuerza capaz de imponerse a todo este orden de cosas. Por ello, la oposición regional, local o sectorial resulta a menudo insuficiente incluso para obtener victorias locales. Por lo tanto, se llega a la conclusión de que para obtener la satisfacción de una demanda local es necesario lograr transformaciones a nivel nacional y que ninguna resistencia local, regional o sectorial tiene por sí misma la fuerza suficiente para oponerse efectivamente a la fuerza nacional de la clase capitalista.
En resumen, el carácter nacional del PNL, es importante porque éste debe tener la cualidad de ser entendido por cualquiera, en cualquier parte del país, logrando al mismo tiempo que a pesar de su formulación general, se vean reflejados en él, los sentimientos y aspiraciones particulares.
Anticapitalista, por la democracia, la justicia y la libertad.Esta característica es de mucho peso. Exige una calidad y precisión muy importantes. Nosotros, quienes suscribimos la Sexta, tenemos desde ahora claro que no es posible aspirar a un mundo o a un país donde podamos satisfacer plenamente nuestras aspiraciones de justicia si nos quedamos dentro de los márgenes del capitalismo. Vemos claramente la mano del capital detrás de los megaproyectos, de la represión, del hambre, del despojo, de la explotación, de los encarcelamientos políticos, etc. También sabemos que es el conjunto de la clase capitalista la que pretende constantemente arrebatarnos lo poco que tenemos: nuestra tierra, nuestro trabajo, nuestra escuela, nuestra libertad. Por ello hemos decidido dirigir nuestras baterías de lucha en contra del capitalismo en su totalidad. Pero decirle al pueblo que somos anticapitalistas no es suficiente para que todos entiendan de qué lado estamos. El capital o el capitalismo no es una cosa que pueda verse con ninguno de nuestros cinco sentidos en particular: uno no descubre el capitalismo con el puro sentido común, lo que vemos cotidianamente son actos, fenómenos, sucesos, personas, cosas, pero el capital no se ve por la calle robando o golpeando; uno ve al policía, con su nombre y apellido, uno ve al presidente, a los diputados, alguno que otro empresario a uno que otro personaje de la Iglesia.
De cualquier forma el programa debe ser anticapitalista, pero al mismo tiempo comprensible para todo el pueblo por lo que no podemos sentirnos satisfechos con un programa que simplemente diga .Vamos a destruir al capitalismo, causante de todos tus males.luego serás feliz..
.. Si bien hablar del capital es producto de una abstracción, y es real, debemos ser cuidadosos de no hablar de este como si se tratara del Coco, La llorona o el chupacabras, una amenaza a la que muchos le temen pero que nadie ha visto nunca. No. Para poder explicar un fenómeno tan complejo y propiciar que el proyecto anticapitalista se generalice debemos valernos de elementos concretos y visibles de la realidad, teniendo cuidado para que esos elementos concretos no desdibujen el fondo del problema y parezcan, nuevamente, elementos aislados.
Muchas de las demandas más sencillas del pueblo son anticapitalistas en la medida en que están en franca contraposición con el modelo capitalista vigente, el neoliberal, y aunque no todos lo sepan, eso que se demanda o se busca, es opuesto a lo que el capitalismo está haciendo y necesita hacer para sobrevivir. Pero por otro lado, no siempre llegan a ser formulaciones anticapitalistas en la medida en que muchas de estas demandas pueden ser resueltas dentro de los marcos del capitalismo. Por ejemplo, retomando el caso de .La Parota., el capitalismo existe desde mucho antes del proyecto de la CFE y seguramente podría sobrevivir sin él: no porque no se construya la presa va a desaparecer el capitalismo. En términos generales, podemos ser antineoliberales sin ser anticapitalistas.
Pudiéramos estar clamando por otro tipo de capitalismo menos agresivo, pudiéramos clamar el regreso del asistencialismo o demandar un capitalismo más nacionalista: hasta podríamos ser fascistas y no seríamos necesariamente neoliberales, etc.
Es importante reconocer que muchas demandas, viéndolas así como algo simple, pudieran resolverse en cierta medida por el gobierno y por el capital sin trastocar sus estructuras fundamentales.
Por ello es riesgoso que el programa no esté formulado con una orientación anticapitalista clara y rotunda. Debemos cerrar las posibilidades de un escenario donde el Estado mexicano a punto de ser derrocado, utilice como recurso el resolver demandas particulares para argumentar que nuestra lucha ya no tiene razón de ser, coptar y poner en contra nuestra a nuestros hermanos de clase y mostrarnos públicamente como intransigentes e incongruentes. Por supuesto que esto no se resolverá únicamente con la formulación anticapitalista. Será necesario, además, llevar esta comprensión al pueblo de la manera más profunda posible.
No obstante, la formulación claramente anticapitalista es fundamental por principio ético y por necesidad política. Lo primero porque si nosotros estamos conscientes de que el capitalismo está detrás de toda una serie de cosas, no podemos hacernos los que no sabemos, permitiéndole a los políticos burgueses engañar al pueblo impunemente diciéndole que sus problemas se pueden resolver efectiva y duraderamente dentro del mismo régimen. Lo segundo porque la situación ha llegado al límite en un sinnúmero de rincones de nuestro país y por necesidad política no podemos permitirnos darle al capitalismo la oportunidad de recomponerse: muchos pueblos indios se están jugando ahora mismo su subsistencia, muchas obreras de la maquila se están jugando ahora mismo la vida, muchos luchadores sociales están en claro riesgo de ser asesinados o encarcelados, miles de mexicanos se están jugando la vida ahora mismo cruzando la frontera hacia Estados Unidos.
El PNL debe ser claro en cuanto a que no aspiramos
a reformar el régimen actual sino a destruirlo.
Como el PNL debe ser anticapitalista no puede permitirse formulaciones tales como: Las empresas nacionales deberán tener preferencia ante las extranjeras. Igualmente, más que hablar de incrementos al salario, debe hablar de una nueva concepción de la producción y distribución de la riqueza, También debemos además decir claramente que no estamos de parte de ninguna fracción capitalista. Es posible que algunas formulaciones de este tipo puedan llegar a rendir un buen marketing político, pero no podemos caer en la tentación de depender de ellas para hacernos escuchar. Si propuestas irreales e inmediatistas como éstas pueden ser populares, nosotros debemos ser siempre claros y honestos, debemos combatirlas . Mayores beneficios nos dará formular el PNL con una perspectiva anticapitalista rotunda la mismo tiempo que comprensible para el pueblo en general.
Esto sin duda se puede lograr. Es aquí mismo en donde el anticapitalismo de La Otra Campaña debe ser muy hábil.
Por eso no puede basarse en formulaciones en negativo. Tal como lo dice la Sexta Declaración en la cita ya referida el programa debe reflejar, en lo general, una concepción de democracia, libertad y justicia. En cada formulación, en cada aspecto particular, se leerá también, una concepción política de lo que es para nosotros la democracia, la libertad y la justicia. Sería eso lo que estaríamos proponiendo en primera instancia al pueblo. No sólo luchas en particular, no sólo reflejar sus demandas, sino otra forma de hacer política y otra forma, distinta a la burguesa, de comprender la democracia, la libertad y la justicia.
Reflejar la disposición de lucha del pueblo. Un programa no sólo es acertado cuando logra captar los principales problemas de un pueblo ni sólo cuando parte de un adecuado diagnóstico de la realidad contra la cual se enfrenta. Además es necesario captar la disposición de lucha de Algunas formulaciones de demandas pueden provocar una gran adhesión, un buen marketing político. Nosotros debemos defender aquellas con carácter anticapitalista y combatir las que apuntalen este modo de producción una apreciación teórica por muy correcta que sea. La teoría sólo demuestra su justeza y pertinencia en la medida en que es practicable, y para saber cuáles son los elementos teóricos que más nos sirven y cómo utilizarlos, se debe hacer una práctica política constante, entre nosotros y con el pueblo.
El trabajo que se viene De entrada es importante que todos en La Otra Campaña estemos pensando en que tendremos que concentrarnos en la elaboración del Programa Nacional de Lucha y que esto será un proceso. Por el momento no es posible afirmar con certeza cuánto tiempo llevará ni cuál será exactamente su contenido, pero sí es importante que asumamos esta tarea con una gran responsabilidad histórica.
Por esto, la siguiente etapa de La Otra Campaña deberá estar caracterizada por la práctica política constante, con principios y con perspectiva política. Es fundamental que se abran y se multipliquen los espacios de discusión de problemas teóricos y políticos concernientes a este proceso. Igualmente, se deberá hacer una gran labor de escucha y se tendrán que estar evaluando constantemente nuestros aciertos y errores.
La movilización de masas tal vez no será lo más característico de esta etapa: aunque en muchos momentos, por diversas circunstancias tendremos que movilizarnos, debemos concentrarnos en el trabajo de base, picar piedra abajo, organizar en la medida de las posibilidades y disposición, tomando en cuenta las particularidades que surjan en cada caso. Hace falta conocernos más entre nosotros y aprender a respetarnos, aprender de la multiplicidad de experiencias de lucha de nuestros compañeros, estar dispuestos a criticar y ser criticados, a leer, a discutir, y, más que nada, estar dispuestos a corregir nuestros errores porque siempre habrá cosas que se puedan mejorar, siempre habrá interpretaciones que podrán ser más precisas, siempre podremos hacer más eficiente nuestra actividad política. Y siempre será una tarea capaz de ser mejorada el acercar el anticapitalismo a los de abajo y permitir que los de abajo llenen de contenido el anticapitalismo de La Otra.
Compañeros:
Sería contradictorio que concluyamos diciendo que así y sólo así se podrá construir el PNL. Sólo esperamos haber contribuido a la discusión necesaria para iniciar la tarea. Sabemos que será una tarea ardua y dura, pero habrá de valer la pena.
Esperamos escuchar y leer más materiales al respecto. Estamos seguros de que si hay disposición, aprenderemos juntos y culminaremos con éxito este proceso, de tal suerte que el Programa que elaboremos sea el mejor que haya sido presentado a nues-
tro pueblo y sea una herramienta útil para luchar en una sola dirección como explotados y oprimidos , alumbrando de esa manera el camino hacia un nuevo amanecer.
Fraternalmente,
Comité de Lucha por el Movimiento de Emancipación Nacional
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